jueves, 30 de octubre de 2008

NECESIDADES DEL BEBE CIEGO Y EL QUE PADECE UNA ENFERMEDAD VISUAL GRAVE


Necesidad de establecer un vínculo con la madre o la persona que más tiempo este con el.

El niño ciego necesita una referencia táctil y/o auditiva para mantener el contacto con el medio que le rodea. Desde los primeros días los niños ciegos y videntes necesitan contacto con la madre y el padre para sentirse seguros. En ausencia de estas atenciones los niños ciegos pueden mostrarse irritables ante cualquier tipo de estímulo con continuos lloriqueos.

Las caricias y las palabras de la madre junto con los estímulos físicos constituyen un lenguaje táctil - auditivo que sustituye al del contacto visual en el vidente. Poco a poco relacionará el contacto con su madre y su voz con una situación placentera.

Mediante una serie de actividades, que se basan en el contacto corporal madre - hijo, puede favorecer la relación de apego entre ambos. Esto es fundamental para el bebé ciego, porque es la madre su mediadora con el mundo. Cuando el niño no recibe estimulación visual, establece con su madre una relación mucho más fuerte que en el caso de los demás niños. Es decir, le costará más trabajo separarse de ella y la relación de apego durará más tiempo. Es muy importante tener en cuenta esta circunstancia. Por una parte el niño ciego necesita de una fuerte relación con la madre para enfrentarse al mundo durante los primeros años de vida. Y por otra, necesita independencia para explorar el medio por si mismo y relacionarse con las demás personas, niños y adultos.

Cuando el niño ha adquirido la marcha autónoma y comienza a utilizar el lenguaje oral, los padres y los profesionales comienzan a plantearse que el niño comience a relacionarse con otros niños y con otros ambientes ( parques, guarderías o las casas de otros niños ). Esta separación debe hacerse poco a poco, al principio con la presencia de la madre, y no esperar a que el niño tenga edad para entrar en la escuela infantil.

Necesidad de estimulación táctil y auditiva.

Las actividades que pueden realizarse con niños ciegos son muy variadas y están encaminadas a que reciban la mayor cantidad posible de estímulos táctiles y auditivos. Es muy importante tener en cuenta la combinación de ambos estímulos a la hora de presentarle objetos o situaciones:

a) Tocar al bebé mientras se le habla, se le cambia o se le da de comer...

b) Llamar al bebé por su nombre.

c) Hacerle caricias por todo el cuerpo, con las manos y con diferentes texturas (cepillos suaves, telas, algodón. ).

d) Hablar al bebé mientras lo cogemos en brazos y le acariciamos suavemente alguna parte de su cuerpo.

e) Coger suavemente al bebé cuando llore para calmarle, mediante palabras y caricias.

f) Bañarse con el bebé para que pueda tocar el cuerpo de otras personas. También chapotear y moverse dentro del agua.

g) Cuando el bebé este boca abajo, colocar juguetes sonoros delante de su cara para que levante la cabeza y posteriormente presentárselo desde diferentes direcciones para que dirija su cabeza hacia el sonido. Etc.

Necesidad de explorar activa y espontáneamente.

Puede que uno de los aspectos que influya más en un niño ciego sea la falta de iniciativa para moverse en su entorno. Necesita mucho más tiempo para asegurarse de que no existe ningún peligro para el ya que necesita puntos de referencia táctiles y señales de anticipación que le inciten a tomar la iniciativa en los aprendizajes motóricos. Por ello es clave la intervención del adulto, que puede ayudar a que el niño adquiera seguridad en si mismo mediante señales anticipatorias e indicándole verbalmente de lo que se encuentra a su alrededor aunque no pueda tocarlo.

No debemos esperar que el niño realice por si mismo determinados movimientos correspondientes a cada etapa del desarrollo motor, debemos que dirigir el aprendizaje a estimular dichos movimientos. Son los padres los que a través del contacto físico y auditivo ayudarán al bebé a asociar la actividad motórica con algo gratificante.

Desde los primeros meses es muy importante cambiar de posición al bebé para que tome consciencia de todos los movimientos de su cuerpo. Podemos estimularlo colocando objetos sonoros en distintas partes de su cuerpo para que suenen mientras se mueve.

Otras conductas como mirarse las manos o los pies deben sustituirse por otras que ayuden al bebe a buscar sus manos y sus pies. Ello se logra haciendo que haga como si hiciera palmitas y con los pies podemos hacerle cosquillas y ayudarle a tocarlos.

Cuando el bebé sea capaz de coger objetos y de desplazarse con autonomía debe evitarse el intervenir en demasía, cogiéndolo o dándole objetos ya que le estaríamos impidiendo que actuara por si mismo. Esto es una tarea difícil porque hay que establecer la frontera entre lo que es motivar la independencia y proporcionar ayuda.

Necesidad de manipular los objetos para acceder al mundo exterior.

los infantes ciegos pueden alcanzar los objetos a la misma edad que los videntes, que los bebés ciegos pueden desarrollar la integración sensorial a la misma edad que los que ven y pueden ser activos en la exploración...

El niño necesita que su entorno sea estable para así poder acceder a las cosas, con objetos conocidos por el, al mismo tiempo variados y que permanezcan siempre en el mismo lugar, para favorecer su exploración táctil y su manipulación. Cuando sea capaz de sentarse sin apoyo podrá disponer de las dos manos y así delimitar su “ Campo táctil “. Si aun no ha logrado sentarse en esta posición se le puede colocar en una trona, sin que le cuelguen los pies, y así facilitarle los movimientos.

Una buena forma de actuar consiste en dirigir al niño durante la actividad a la vez que le permitimos, tras varias repeticiones, que realice parte de la tarea. Al principio la intervención del adulto será total, pero poco a poco, si realizamos diariamente la actividad, comprobaremos cómo el niño va tomando la iniciativa y, naturalmente, le dejaremos intervenir para que manipule y explore por si mismo. Lo que el niño haga solo al principio, lo hará solo más tarde.

Los juguetes y objetos deben combinar textura, forma, sonido, temperatura, sabor y olor, cuando sea posible, para favorecer la asociación multisensorial. Al principio se le presentarán al niño dos o tres juguetes, aunque no serán los mismos durante muchos días para evitar que se acostumbre a tocar siempre lo mismo y luego rechace objetos nuevos.

Cuando se ofrezcan objetos nuevos no deben retirarse los que ya conoce; de esta manera tendrá puntos de referencia, y podrá comparar los objetos que ya conoce y ha manipulado con los objetos nuevos.

Un juego manipulativo muy importante es el dame - toma ( sobre el 9º o 10º mes). Se colocan varios objetos pequeños , conocidos por el niño, dentro de unos recipientes que produzcan sonido ( cacerolas por ejemplo ). Se le pedirá que nos de uno por uno , hasta que ya no queden más y a continuación nos los pedirá el extendiendo la mano.

Más tarde deberá facilitarle la exploración de su entorno a través del movimiento de sus manos y dedos, que alcance las cosas por si mismo, y no ponerlas continuamente en sus manos, así estaremos dándole oportunidades de tomar iniciativas.

Nunca deberá pedirse al niño que haga algo si no tiene la capacidad para hacerlo. No se trata de examinar al niño, de ver lo que es capaz de hacer, sino de ayudarle a aprender por sí mismo.

Necesidad de adquirir habilidades de comunicación.

Uno de los instrumentos más importantes para el desarrollo del niño ciego es el lenguaje. Siempre que la madre entra en contacto con el niño le está proporcionando estimulación lingüística. Todas las madres suelen hablar a sus bebes cuando están a su lado, aun cuando estos no conozcan el significado de las palabras. Esto es mucho más importante cuando el niño no tiene visión.

La estimulación auditiva del niño ciego va a desarrollarse en alto grado, ya que va a ser la vía fundamental de recogida de información, junto con el tacto.

Cuando el bebe ciego comienza a pronunciar las primeras palabras, puede que no se correspondan con algo que tenga significado para el sino con el placer que le produce la repetición de sus fonemas. Esta no es una deficiencia sino una característica del desarrollo lingüístico del niño ciego.

El niño ciego debido a su gran capacidad de memoria auditiva, asimila gran cantidad de vocabulario que carece de significado para él, ya que solo las palabras relacionadas con su experiencia directa le son significativas. Se produce un desfase entre el aspecto cognitivo y social del lenguaje: el niño quiere utilizar palabras para adaptarse a su ambiente, pero aun no ha adquirido los conceptos correspondientes a muchas de ellas, porque necesita más tiempo que el vidente para acceder a la información del entorno.

La mayoría de los niños ciegos alcanzan un nivel lingüístico equiparable al de cualquier vidente, que muchas veces sorprende por su correcta sintaxis y amplio vocabulario. De cualquier forma y a lo largo de su vida, habrá que evitar en lo posible el verbalismo , utilizando siempre un lenguaje explicativo para darles a conocer las nuevas situaciones, objetos y personas, para que las palabras adquieran significado para ellos.

Necesidades de los padres. Como trabajar con ellos.

Ningún padre posee conocimientos especiales por tener un hijo discapacitado. Durante los tres primeros años de vida, la influencia de los padres es decisiva para el desarrollo integral del niño.

Los padres tienen que confiar en las posibilidades de su hijo. A esta situación se llega a través del diálogo entre los padres y el profesionales que trabajan con su hijo .

Hay diferentes tipos de actitudes , cada familia reacciona de distinta manera ante la llegada de un hijo con problemas de visión. Con frecuencia experimentan diferentes sentimientos, que se corresponden con ciertas etapas, hasta aceptar en mayor o menor medida la discapacidad:

1) Etapa de negación y aislamiento. En los primeros momentos los padres pueden no dar importancia al problema visual de su bebe e incluso negarlo. Puede ocurrir que no quieran salir a la calle para que nadie se de cuenta de lo que le pasa a su niño.

2) Etapa de enojo. Actitud acusatoria hacia los profesionales que trata a su bebe en los primeros momentos, o hacia sus familiares, cuando se trata de enfermedades genéticas. Lo importante es que los padres desahoguen estos sentimientos y no lo reflejen en su comportamiento con el bebe ciego.

3) Etapa de búsqueda. No aceptan el diagnóstico del problema visual y buscan la solución a través de visitas a otros médicos, o mediante tratamientos educativos. Esta situación refleja la necesidad de encontrar respuestas. Hay que considerar positiva la postura de la mayoría de las familias, que buscan la opinión de varios profesionales, para asegurarse de que no hay ninguna duda acerca del diagnóstico inicial.

4) Etapa de depresión. Saben que el problema visual es irreversible y que no hay posibilidades de curación. En el caso de los niños con restos visuales, los padres suelen pensar que su hijo va a comportarse como un ciego, y no como un vidente.

5) Etapa de aceptación. Que los padres acepten la discapacidad visual no significa que se relacionen adecuadamente con su hijo. Podemos ver como algunos niños deficientes visuales luchan a brazo partido en el mundo de los videntes, porque sus padres piensan que lo mejor es que realicen las mismas actividades de los demás sin tener en cuenta las consecuencias que ello supone para sus hijos. Aceptar no significa gustar.

Para más información visita: http://usuarios.discapnet.es

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